Le chien avec pulover

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Nºs publicados: Cuatro como Le chien avec pulover (Nº1 12/11; N°2 5/12; N°3 12/12; N°4 10/13) y dos como Le petite chien avec pulover (N°1 3/12; N°2 8/12)

Editorial: Le chien avec pulover

Directores: NN y Jacinto Larami

Formato: A5 (14.8 x 21 cm.)

festi-15-6Entre esas suertes que depara el azar, el sábado 15 de Junio de este año (2013), asistí al Sexto Festival Increíble. Mientras deambulaba entre las mesas forradas de publicaciones independientes, di con un puestito de color blanco, el papel obra forraba la superficie.

La promoción decía: 3 x $10, y además se ofrecían dos números gratis. Me emocioné -¿Cuánto hacía que no compraba un fanzine barato? ¿Desde el 2006? Ya no me acuerdo-, sin pensarlo desembolsé los $10, y me llevé las 5 revistitas.

Lo que más me gustó fue que los que hicieron el fanzine -supongo que se los compré a los que lo hacían,  no intercambié palabra en la transacción-, habían conseguido una fotocopiadora que no mezquinaba tóner y los negros estaban plenos. Me llevé las revistas sin siquiera revisarlas, la patriada de venderlas tan baratas justificaba la compra de por sí.

Ya en casa, empecé a revisar lo que había comprado. Y ahí me di de bruces con Le chien avec pulover: Un fanzine, y sólo eso.

Le Chien Avec Pulover N°3. 22Hoy, cuando el medio de la historieta independiente pugna por crecer a base de esfuerzo y pretensiones artísticas, encontrar un fanzine de pura cepa, es realmente un hallazgo. Hablo de autoconciencia, de ser un fanzine con pretensiones de ser sólo un fanzine.

Esto que puede parecer una definición teleológica -un fanzine es un fanzine-, no es tal. Hoy, cuando por una inversión mínima, un fanzine puede ser impreso en offset digital, con tapa color con laca mate, elegir usar los recursos mínimos, papel obra 75 gr. y tóner, para contar una historia, es toda una declaración de principios. Especialmente si el contenido, es de la calidad que muestra Le Chien.

Pero vamos a lo más importante: De qué se trata Le chien y porqué hay que leerlo.

Le chien avec pulover se compone de dos secciones, cada una a cargo de uno de los dos factótums de la revista: NN y Jacinto Larami.

Cada número de Le chien puede leerse por separado, pero Jacinto Larami desarrolla una suerte de personajes fijos que se repiten número a número: Los Fanzineros.

Jacinto aprovecha su espacio para pensar el fanzine desde el fanzine. Así, cuenta las historias de un grupo de fanzineros y sus disquisiciones. Hay referencias cruzadas a fanzines de antaño, como Catzole, La Secta Edición o Extraño Cameyo; y también al medio actual y sus expresiones, desde la inclusión de Über, el personaje de Juan Castro, o ciertos personajes -al menos, eso se intuye- de la nueva fauna subte.

Larami, construye así un discurso potente e iconoclasta, donde se mofa o destruye, sin piedad, a artistas como Tute, Landrú, Caloi o Liniers, mientras niega cánones y convenciones -muchas veces estúpidas- de nuestro medio. Finalmente, en el N°4 de Le chien, parece enunciar su teoría fundamental, eso sí, desde la docta y el saber hacer:

Le.Chien.Avec.Pulover.N°4.17En cuanto a NN, él encarna la otra parte de la revista, aquí la historieta se pone al servicio del mensaje y el arte. NN trabaja con historias auto-conclusivas de mayor o menor longitud, muchas veces enganchadas a lo largo del mismo número. En sus historias, le mensaje político está presente, con un concepto cabal de denuncia y resistencia.

Las historias que NN plantea reclaman compromiso por parte del lector, pues ensaya diversas técnicas para poder contar lo que necesita decir. Así, su arte, tal vez sin pretenderlo, encuentra puntos de contacto con la tradición brecciana de adaptar la técnica a la historia que se narra. Sus trabajos mejoran número a número, y logran cada vez mayor contundencia. De lo críptico de sus primeros trabajos al mensaje certero y dinámico del último número, el trabajo de NN es un ejemplo de cómo tener una posición política y no perder el arte en el camino.

Le.Chien.Avec.Pulover.N°4a.16Después están las demás cosas positivas: El producto cuidado y bien terminado. El disfrute que produce la lectura. El precio.

Hay que mencionar también, el blog de Le chien: http://lechienavecpulover.blogspot.com.ar. Leer los comentarios del blog constituye un fanzine aparte. Larami, en un claro ataque de personalidades múltiples, se reafirma, se desdice, duda, descree, se lateraliza, se enfervoriza, se divierte escupiendo a quienes lo alaban y, por supuesto, se arrepiente después; incluso acepta invitaciones a comer a casas de familia. NN trata de mantener la compostura, pero falla irremediablemente también. Casi que merece una edición en papel, con un seleccionado de los mejores extractos más algunas ilustraciones.

DibuNN y Jacinto Larami son, como es obvio, pseudónimos. A estos artistas les interesa permanecer en el anonimato.  Algo saludable por cierto, Le chien habla por ellos. Paradójicamente, tuve la suerte de conocerlos personalmente en el último Dibujados, un placer realmente.

Para comprar Le chien, hay que dirigirse a La Fabula (ahí, en Rodriguez Peña). Para leerlo gratis, pueden ir al blog, o pueden descargarlo desde los links de más arriba.

Anímense al Perro con pulover, como casi todo, es un camino de ida.

Julián Blas Oubiña Castro

7 comentarios sobre “Le chien avec pulover

  1. Estimado: Usted me hace quedar como un chabón re cool, ¡y yo soy alto pete!

    Además, es una garompa tener que firmar un trabajo, usar una firma, acreditárselo. Los mp3 que tengo en la compu los bajé con el SoulSeek, el Ares, el AudioGalaxy… yo creo que son del viento. Otra cosa que no me gusta es la voz de Spinetta. ¡Grr! La odio más que al langa de Lucas Nine. Al lado de ese wachiturro, Tute es Chris Ware.

    Lo que sí, no sé si va a haber Le chien 5, porque yo dije una mentirita blanca y les escupí el asado en la casa de familia, en la cara y todo eso. Ya dejé de acudir a las casas de otras familias. Pero es que si todos nos hacemos amigos, y, ¡amigor-dito! Todo se perdona en nombre de la amistad. ¿Y qué gime Susana Giménez? «Ni olvido ni perdón», dice. La amistad es un cáncer que atrofia el compromiso para con el fanzine. Yo he conseguido ser diferente. Los lazos nos enlazan. Parece teleología, pero no es teleología; antes bien, es cosa de Mandinga. ¿Cómo no supe medir sus brazos? ¿Cómo se desata un nudo así? Un nudo gordiano se corta con cuchillo y chau picho. Esa voz de las tijeras, es la era de la hoz.

    Igual, si no sale Le chien 5 por mi empeño en el mal logro impredecible, saldrán otras cosas. Y si ni yo puedo malograr Le chien, saldrá el número 5 y san se acabó. Pero la gente se empeña en llorar que se muere Fort o Calabró… onda, la gente muere, los fanzines mueren. No veo ningún daño en ello. Mi frase favorita es «Cuando yo me vaya, tú puedes ser yo». Lo cual es una mierda, a su vez. Ahora, nadie está a salvo de renacer cuan Fort o Calabró.

    Pero, volvamos e esa idea infinita que se encarna en lo finito, al decir de Hegel, el amigo de la casa pasquinera:

    Cuando yo me vaya, tú puedes ser yo.

    Así es como me hablan los fanzines a mí.

    ¿Qué tiene que ver con la amistad? Matías es nuestro amigo y por eso dice que el número 4 es el mejor. Si yo fuera su enemigo, podría decirle que la historieta de Befana en Ficcionario, carece de arraigo, como no sé, Metallica en la Antártida. ¿Cómo osan volver, esos ladris? Mucha gente acá quería verlos, y ellos dijeron que estaban cansados, añadiendo «preparate la cama, que el que duerme sos vos». Igual, prefiero a Befana que a Metallica. ¡Grr!

    Además, en un fanzine tiene que haber buenas tetas. Pero a mí me gustan las chicas «piso liso», porque cuando tienen mucho, se les caen mucho. Igual, como las chicas no me dan bola, creo que voy a ir a una orgía gay o algo así. Pero ya veo que ahí están todos los putos, Lucas Nine, Tute, Kioskerman… no quiero que me hagan el ocote, ¡voy a terminar dibujando con estilo empalagoso, al borde de la afeminación! O peor: Como el fan de Troche de Uruguay, que te dice cuando te compra el libro de cien pesos de acá:

    Lo que hacez eztá lleno de luzz…

    1. Amigo Jalisco,

      Nada hay más finito que un fanzine. El destino de un fanzine es perecer, cesar, pero el de sus integrantes el de persistir, intentar hasta el desmayo. Le chien debe seguir, sin más pretensiones de lo que ya es. Le chien de alguna extrañar manera tiene su lugar en la balanza cósmica, habrá que averiguar de qué lado, eso sí. Tal vez, ya pertenezca a la entropía, o quizás a un orden mayor d ordenamiento, sólo lo podremos averiguar con los números venideros. Por lo pronto, celebro el acto creativo de que exista Le chien.
      Ya lo dijo Pappo -¡Es menester que sea rock!-; aunque yo escucho Spinetta, con su voz aflautada y todo -Toda la vida tiene música hoy-, dijo, y no se equivocaba.
      Es verdad lo de las tetas.
      Quedamos a la espera de un número más. Y de encontrarnos un día a tomar un mate o una cerveza.
      Abrazo,
      Julián Blas

      1. A veces pienso que estaría bueno juntarse con gente distinta y pensar colectivamente el modo más rompebolas de hacer un fanzine. Pero algo siempre sale mal. En un bote a remos, si ponés a un memo (y yo lo soy), hacen su aparición no benéfica, las memeces. Hacen, pues, su aparición meméfica las boludeces de un mamengue. Un tirifilo, quizá.

        Resumiendo: Un proyecto requiere que la gente tire toda para el mismo lado, pero si esto se da, ¿cuánto dura? Yo creo (quizá me equivoco) que la calidad y duración de la vida se puede comparar con la de un buen chiste: Importa un pepino si es largo o corto, lo importante es que sea bueno. Igual, yo mucho de esto no sé. La gente prefiere saber, pero para mí fue revelador lo de Un Faulduo. No es un fanzine, claro. Pero es un riesgo. Muchos prefieren el género estandarizado de aventura, pero no se aventuran al riesgo de gastar unos mangos en comprar algo «que no se va a entender», o como citó polémicamente Andrés Valenzuela, «algo ilegible». Yo no sé. Podemos esgrimir que en el último número de Un Faulduo no hay «buenas tetas», digamos. Pero si el lector lo intenta, lo leé.

        Sobre si sigue Le chien, yo le paso la pelota a NN, en este sentido. Lo que le dije, fue que entre la amistad y Le Chien, yo elijo a Le Chien, porque juntarse a comer con mucha gente me hace ruidos en la cabeza y necesito estar solo, pero no sólo para hacerme pajas, sino para pensar en la muerte. Podemos hablar de chicas y ver videos, como el de Sofi y Nico, pero nos ponemos mimosos y no da. Después de leer Skreemer y Watchmen y Neonomicon, creo que todo lo que quiero es una sombra fantasma, porque ya murió, todas las personas que quiero ya murieron aunque estén vivas, todo esto es sólo un recuerdo y hay que atraparlo como se atrapa en vano el último pedacito de un sueño hermoso cuando se diluye. Casi no hay tiempo para nada que no sea lo que más se quiere. Cada vínculo nuevo, cada nueva posesión, le roba algo de atención a lo importante. Por eso siempre vivo confundido, si no paro de acumular cosas. Cada aliento que inhalamos y otro que exhalamos, no vuelven. Pero yo junto cosas cuando debería dejarlas ir.

        ¿Cuánto más podremos dibujar? ¿Y cuánto más podremos pensar cómo contar lo que hemos de contar si nos juntamos a hablar de cosas onda el fútbol? Lo que tenía un pasado antes de mí, no debería sumarme. Mejor, me tiro a la basura.

        Pero este cuerpo-cáscara que existe en la memoria de los otros, puede dibujar ora en Le Chien, ora en «Garompichuleishon of the chobis fanzine» o lo que sea que sea a solas. La vida sigue. ¿Qué nos deparará? Yo, mucho de eso, no sé.

        ¿Pero qué se gana aferrándose a un nombre?

      2. Querido Marisco,

        Contestaría todas tus dudas pero ahora debo trabajar (Sí, lo hago en horas nocturnas).

        Se sugiero que intentes con Susana Gimenez, quien tal vez no pueda darte respuesta alguna, pero ten por seguro que tus dudas le parecerán «Divinas».

        Por lo demás, me atrevo a arriesgar que haciendo Le Chien, se gana la satisfacción de hacer Le chien; mientras que el lector, gana la satisfacción y la gratitud de leerlo, más no sea la del lector que escribe estas líneas.

        Un Falduo es una incognita para mí, lo miro y lo re-miro, cada vez que me topo con él, y no me atrevo a comprarlo. No sé, seré medio cortina. Ya lo compraré y veré si se puede leer o no. De lo único que estoy seguro, es que Valenzuela sabe de historieta, lo que un astronauta de ikebana. Pero claro, me puedo equivocar.

        ¡Qué Chobi ese!, diría el gordo de Cronica TV.

        Abrazo!

        Julián Blas

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