
De Izquierda a derecha: Alejandro Schmied, editor y gestor cultural; quien escribe estas palabras; Tatiana Cuccaro -Blinka-, o la novísima camada de artistas independientes; Sergio Schiavinato, nuevo admin de Zinerama; y Roberto Barreiro, fundador del sitio, en la CBB 2018. La única vez en que todos los administradores de Zinerama estuvieron reunidos bajo un mismo techo.
Allá, lejos en el tiempo, circa 2013, cuando Roberto Barreiro desde su exilio en Chile decidió usar el último tiro del cartucho en cuanto a fanzines en el armario tenía, no imaginó jamás qué fuese tan largo. Este blog entra casi sin darse cuenta en su séptimo año de vida. Y si veinte años no es nada, como escribió Discépolo, siete son aún menos. Pero en la vida de un blog, es una medida enorme.
Me uní a Roberto en esta cruzada, ya no sé bien cuando, pero fue poco después fundar el sitio. Y por muchos y largos meses, fuimos solo nosotros en soledad, completando espacios, buscando información, escaneando. Luego, nos llegó la propuesta de escribir para el recientemente célebre Libro de Fanzines. Nos abocamos a ello, escribimos, rescribimos, corregimos y volvimos a escribir. Y cuando estuvo terminado, vimos que ya no dábamos abasto.
Primero se sumó Pablo Zambrano, que aportó todos los fanzines que tuvo a su alcance en el siempre lejano San Juan. Luego le llegó el turno a Sergio Schiavinato, que usó la excusa para entreverarse de lleno en el mundo de la historieta independiente. Pronto se convirtió en una máquina de escribir reseñas. Éramos 4 y el blog comenzaba transformarse en una voz coral.
Así llegaron los primeros escarceos con la difusión, programas de radio, podcasts, presentaciones relámpago, la conferencia en el primer Festival Fanzín del Rojas, el lanzamiento encubierto de nuestro estudio sobre fanzines, y algunas cosas más.
Nuestro camino no se detuvo y, pronto, más compañeros se sumaron. NN, uno de los artistas más dotados que alguna vez vio el medio, tuvo la deferencia de convertirse en nuestro oficial digitalizador, justo cuando a Roberto y a mí, nos flaqueaban las fuerzas y nuestros Scanners decían basta. A él, NN, le debemos magias. Así de simple.
Luego vinieron los que tal vez sean los escritores claves para entender la pluralidad que este blog persigue. Una calurosa tarde le propuse a Mel Blumen, mejor conocida como Lucy Loles, que se uniese a este grupo díscolo e inconexo. Por suerte, aceptó. A la semana, contacté a Ariel Maskin, el incólume Max King, hoy ya una leyenda del fanzine underground. También accedió. Entre Lucy y Max, está la síntesis de este espacio. Una recién llegada que abre sus ojos y mira al medio y su producción sin más construcciones que la propia. Una mirada fresca e irreverente, que sabe lo que quiere y se anima a decirlo. Y un productor con décadas de fanzines acuestas, que sabe todas y cada una de las maneras de hacer y editar un fanzine. En las columnas de ambos está sin duda lo mejor de este año. Son las notas más elaboradas, esas que marcan la diferencia.
El año pasado, el Libro de Fanzines tuvo por fin su edición comercial, con la firma de Roberto y la mía, entre otras. Todo gracias al Alejandro Schmied, un gestor cultural como pocos.
Y mientras tanto, el blog continuó su mutación. Sergio se convirtió en el nuevo administrador. Tuvimos el ingreso silente de Paula Andrade, para contarnos las bondades de lo que le gusta leer. Hicimos la presentación del libro en la Crack Bang Boom. Y concluimos el mejor año del blog hasta ahora, con más de 20000 visitas, un libro, y hasta con el Flavicon que siempre nos faltó.
Iniciamos este 2019 con un proyecto editorial de ambición desmedida pero que avanza paso a paso a su concreción física, además de la planificación para el año que viene de reunir un nuevo anuario, esta vez impreso (en casa, eso sí, y con resmas robadas porque, después de todo, de fanzines es de lo que esto se trata).
PARA DESCARGAR EL ANUARIO, SOLO HACE FALTA HACER CLIC ACÁ.