Flora y Lejana: A merced de las fieras

Durante la sexta edición del Vamos las Pibas -y en la semana que siguió-, tuve la oportunidad de hacerme con las 4 ediciones de Las Fieras, un fanzine tremendo e impactante por su propuesta. Es editado por las socias Flora Márquez y Lejana y está impreso en risografía lo que le otroga una dimensión sensorial particular.

Es una revista hipnótica y salvaje que capta tu atención desde el primer momento que la tenés en tus manos. Ante una propuesta tan atractiva se hizo necesario hablar con las editoras y hacerles unas cuantas preguntas al respecto.

Ustedes ya tienen un recorrido en el campo de la historieta. Estaría bueno que se presenten con nombre y edad y nos cuenten cuál fue su trayectoria antes de editar Las Fieras. ¿Cuándo dibujaron su primera historia? ¿Tienen estudios formales en el campo? Si es así, ¿con quiénes estudiaron? ¿Cuáles son sus influencias artísticas a la hora de hacer historietas? ¿En qué proyectos y revistas participaron antes de Las Fieras?

Lejana: «Mi nombre es Lejana (en realidad me llamo Gabriela Sitto) y tengo 30 años, 18 viviendo en un pueblo del interior y 12 residiendo en Córdoba Capital. Migre a Córdoba para estudiar Letras Modernas, carrera que abandoné (¿quién no?) para dedicarme de lleno a la ilustración. Creo que en mi trayectoria artística esas son las dos cosas que más me han marcado: crecer en un pueblo, y haber estudiado Letras. Son circunstancias que han ido moldeando mis intereses, mis consumos culturales, quién soy, que historias me gusta contar, y de qué modo. Mientras estudiaba en la universidad, conocí a Agite, y publiqué mis primeras tiras gráficas en su blog de historietas Bell Ville-Sensible, allá por el 2012 aproximadamente, y después de eso me hice un blog, la típica.

Mi interés por la historieta se fue agudizando (ni yo sé bien por qué y cómo) así que hice talleres de todo tipo sobre historietas y temas afines, y fui profundizando mis consumos, mis lecturas. Pero no fue hasta el 2016, cuando comencé a autopublicar mis fanzines, que me lo empecé a tomar en serio. Comencé a concurrir a ferias y a llevar mi material allí y eso fue definitivo porque hice muchxs amigxs (entre ellxs, Flora), y esos vínculos potenciaron el amor por los cómics. Se suele decir o crear esta imagen del artista que crea solx, aisladx, pero lo que muchas veces te impulsa o te sostiene es sentirte parte de una comunidad, aliarte para crecer, y aliarte para crear. A partir de ahí, y a partir de Las Fieras fue cuando abrace definitivamente este impulso y esta pasión porque ya no es algo individual, es algo más grande. Cuando trabajo en mis historietas, mis influencias son diversas y no necesariamente tienen que ver con el cómic, hay artistas que me han marcado mucho y cuyos trabajos me inspiran a la hora de definir mis propias historias, por ejemplo, la obra de Roberto Bolaño (escritor) o Roland Topor (ilustrador). En cuanto a la historieta, creo que Taiyo Matsumoto, Gabrielle Bell, Charles Burns y Tommi Parrish son de lxs autorxs que más me gustan.»

Flora: «Yo soy Flora Márquez, tengo 33 años y soy de Córdoba Capital. No tengo estudios formales en el campo de la historieta, sí hice un par de cursos acá y allá pero creo que fui más bien autodidacta y sobre todo lectora y consumidora de cómics. Mi primera historieta fue en el año 2013. Estaba obsesionada con el lenguaje del cómic. Coincidió con que por aquella época había nacido mi primer hermano y con mi papá decidimos encarar un proyecto en conjunto para no perder el contacto (nos veíamos poco por la distancia y por el nuevo miembro de la familia). Así que empecé un blog que se llamaba La flora y el fauno, en donde reunía escritos que mi papá me enviaba cada día por mail y que yo interpretaba en páginas de historietas. Disfruté mucho de ese proceso y fue mi puerta de ingreso a este mundo, mis primeros intentos y frustraciones. Luego de eso hice un par de meses un curso de guión e historieta con Damián Connelly y Mauro Reifschneider, no fui mucho tiempo pero bastó para hacerme de muchas herramientas muy útiles que desconocía. A la hora de hacer historietas, mis influencias artísticas son Daniel Clowes, Birgit Weyhe, Power Paola, Gabrielle Bell, Simon Hanselmann (historieta), Kurt Vonnegut (literatura), Wes Anderson, Yorgos Lanthimos (cine), entre miles de otrxs.
Antes de Las Fieras participé de Tinta China (segmento de humor gráfico del medio alternativo de noticias La Tinta), La Gran 7 (colectivo de historieta autobiográfico coordinado por Alan Dimaro), y en Revista La Tundra

La pregunta obligada es ¿cómo es que surgió la idea de editar la revista? Y también, ¿cuáles fueron las necesidades artísticas que las llevaron a emprender el proyecto? Por fin, ¿cuánto les llevó desde la idea de hacer la revista a la concreción de tener el primer número en la mano?

Flora: «Cuando nos conocimos con Lejana fue como una explosión, teníamos ganas de hacer un montón de cosas juntas: un podcast, una novela gráfica, una editorial. Después, en los hechos, fuimos simplificando, porque nos dimos cuenta que era más fácil ir paso a paso. Por eso, lo que había empezado como una idea súper enorme de tener una editorial y editar fanzines de distintas autoras decantó en una revista en donde se reuniera el trabajo de muchas artistas al mismo tiempo. Creo que más que artística la necesidad fue social. Necesitábamos un espacio propio, un lugar de encuentro.»

Lejana: «Por un lado, teníamos esta necesidad imperiosa de hacer algo juntas, aunar esas ganas en un proyecto en común, pero eso nos llevó a preguntarnos sobre los espacios donde circulaban las historietas; y nos dimos cuenta que coincidíamos en un sentimiento de estar un poco al margen de “La Historieta” (los eventos, las publicaciones, etcétera). Nuestro trabajo se ponía siempre en otra estantería, la del “cómic femenino”, por ejemplo. También, nos situaba al margen, el hecho de residir fuera de la Capital Federal, y hacer cómics desde una cuidad del interior (Córdoba, en nuestro caso) porque los espacios para historietas hechas por pibas estaban concentrados en Buenos Aires, y sentíamos que había increíbles artistas en todo el país cuyos trabajos estaban absolutamente invisibilizados. Entonces reencauzamos nuestras ganas en tratar de cambiar un poco eso, empezamos a cuestionarnos esos espacios dados, y nos dimos cuenta que podíamos hacer algo más grande, más inclusivo que hacer un fanzine colaborativo entre nosotras dos, se nos ocurrió hacer algo que incluyera a otrxs autorxs, que tenían experiencias similares a las nuestras.

Esa necesidad se nos hizo una urgencia, entonces postergamos todos los proyectos que planeábamos, y pusimos todo el esfuerzo en hacer la revi, que tardó apenas unos meses desde que se nos ocurrió la idea hasta que se publicó. Todo esto fue a fines de 2017 e inicios del 2018 y finalmente nuestro primer número salió en junio de 2018. Creo que en tres o cuatro meses ya estábamos presentando el primer número de la revista y ni nosotras teníamos idea de lo rápido que había pasado todo.»

La revista tiene una aproximación feminista, tanto desde los editoriales, como también de la elección de las participantes. ¿Qué creen ustedes que la revista propone al lector? ¿Qué es lo que intenta comunicar? Y por añadidura, ¿ustedes perciben que aún hay un espacio por llenar en la Historieta Argentina? ¿En particular, en el rol de las artistas en el campo de la historieta?

Lejana: «La revista, en sus orígenes, surge ante la necesidad de generar un espacio de difusión y distribución del trabajo de artistas mujeres y disidencias, o sea frente a algo que considerábamos un vacío en el ámbito editorial; sin embargo, ya por esa época, y como el feminismo había comenzado a visibilizarse masivamente, se estaba produciendo algo así como un boom editorial del trabajo de muchas artistas mujeres. Pero algo en todo esto nos hacía ruido: los espacios de distribución, que comenzaban a incluir artistas mujeres, por ejemplo, estaban coordinados por hombres, o sea que seguía siendo para nosotras una relación paternalista, una inclusión en un espacio ya dado. Y eso nos generaba quizás un poco de rabia, sentíamos que eran muy pocos los espacios coordinados por mujeres o disidencias, que la selección o elección estaba guiada por varones cis y que muchas editoriales o espacios de difusión de historietas nos convocaban en pos de un oportunismo comercial, a la vez que ponía a circular el trabajo de artistas que ya contaban con su propio público en redes sociales (que ellas mismas se habían ganado) por ejemplo, y dejaban de lado, infinidad de historietistas que seguían produciendo en las sombras. Y todo esto en el interior, en ciudades más pequeñas, donde ya de por sí, lxs historietistas somos pocos se siente muchísimo. Así que esa rabia fue un poco la que impulso todo (somos las dos muy escorpianas, sori), pero creo que también es la rabia que moviliza al feminismo, porque no queda otra, la bronca, la ira, la indignación y las pocas ganas de conformarnos con el espacio que nos daban, queríamos un espacio propio, creado con nuestra propia mirada.

Ese fue el impulso, el motor inicial, sin embargo, la propuesta de la revista es más amigable, porque nuestra intención tampoco es sectorizar nuestro público a lectorxs feministas, al contrario, nuestra idea era mostrar y poner a circular trabajos de artistas muy talentosxs, generar impulso para que otrxs artistas también se animen, y a la vez llevar este trabajo a todos los públicos posibles. La propuesta es quizás una apertura del nicho, nuestra intención era generar un material interesante visualmente, que lograra captar también, por ejemplo, a artistas visuales o a otros públicos que no consumen historietas, porque nosotras venimos de esos otros espacios, y queríamos contagiar este amor por los comics.

Con respecto a la situación de la Historieta Argentina que planteaba un poco al comienzo, creo que la cosa cambió y se relajó muchísimo, para bien, hay espacios más diversos, ferias, editoriales, revistas donde no sólo circula el trabajo de artistas mujeres o disidencias, sino que además se incluyen otras miradas o estilos que rompen un poco los esquemas del “nicho de la Historieta Argentina”, hay mucha experimentación, diversidad, visibilidad, y confiamos en que eso crezca aún más y se logre la mayor pluralidad de voces posibles.»

Flora: «Me parece que siempre hay espacios por llenar en todos lados. Desde el momento en que consideramos un ámbito como “lleno” es porque no hay avistamientos de nada nuevo, nos quedamos dando vueltas sobre lo mismo, no hay crecimiento del rubro. Veo que hoy el ámbito de la historieta está creciendo exponencialmente, ya no está tan establecida esa idea de “esperar a que te llamen” sino que creció mucho la idea de auto-publicación y de mandarse al frente sin esperar a ser llamada.»

El elenco de artistas que participaron en estos 4 números es realmente bueno. Se nota un trabajo meticuloso de «curadoría editorial» ¿cómo manejan la selección de las artistas y del material que publican?

Flora: «A las artistas las elegimos entre las dos. La idea es que a partir del tema previamente elegido, cada una elabore una lista de autoras que piensa que puedan llevar ese tema hacia algún lugar interesante. Luego ponemos en común todos los nombres y vamos eligiendo, tratando de que sea una selección variada, de estilos diversos. En cuanto al material, nosotras solo proponemos el tema y damos algunos lineamientos en cuanto a las especificaciones técnicas de los archivos, pero luego está en cada autora crear lo que le parezca, damos mucha libertad y nos parece importante mantener la idea de libre interpretación de cada una con respecto al tema elegido. Porque ahí está la verdadera magia de la revista, en la visión personal de cada autorx.»

¿Cómo es imprimir la revista? O sea, la risografía es, en general, un proceso de impresión muy artesanal. ¿A qué se debe la decisión de imprimir la revista en risografía? ¿Es algo que hacen ustedes? ¿Cómo preparan las páginas para imprimir en ese sistema? ¿También se encargan de engrapado y demás?

Lejana: «Cuando nos juntamos a pensar la estética de la revista, nuestras referencias eran claras: por un lado, teníamos la intención generar un objeto artesanal, atractivo, coleccionable, menos full color y más parecido a la estética de periódico antiguo: el papel amarillento y una (o dos) tintas, queríamos que tuviera esa estética de las tiras gráficas de los años 60 o 70. Entonces la riso fue la opción casi obvia para lograrlo. Sabíamos que era algo más complejo, que por un lado, nos limitaba en cuanto al uso del color y la calidad de los acabados, por ejemplo, pero nos interesaba devolverle ese espacio de periódico a la historieta, desacralizarla. Por otro lado, también nos implicaba un desafío, porque la preparación de los archivos, por tintas por ejemplo, requiere cierta complejidad, como sucede en el caso de la tapa o el póster que son a dos tintas: es necesario generar un archivo por color, lo que les exige a lxs autorxs trabajar por capas, algo que se complica especialmente si se realiza analógicamente. En el caso de las historietas en el interior de la revista, que son a una tinta, tanto nosotras como lxs autorxs tenemos que prestar especial atención a la composición técnica de la historieta (el tamaño de la línea, o la fuente, por ejemplo).

También coincidió que en nuestra ciudad, la única imprenta risográfica, que es Taller Riso, está también coordinada por una mujer, Pía, y con quién nos sentimos muy cómodas, ya que ella nos guía y orienta mucho en todo el proceso de impresión. El otro desafío que enfrentamos es el de los costos, ya que imprimir en esta técnica es más costoso que realizarlo con métodos tradicionales, entonces tenemos que planear la compaginación cuidadosamente, armar los pliegos de la manera más provechosa posible de acuerdo al presupuesto con el que contamos. Es esta una de las razones por las que también decidimos destinar todos los fondos a la impresión y nos encargamos nosotras del resto: engrampamos y refilamos, de manera artesanal, en nuestras casas. La revista es una cadena de mucho cuidado y amor, desde el momento en que convocamos a lxs artistas, en el que tratamos de ser lo más activas posibles para guiarlxs en la preparación de la historieta, el trabajo conjunto de la diagramación de las páginas que hacemos con Taller Riso, hasta el armado casero en nuestras casas.»

Ustedes también se encargan de la distribución y comercialización del producto. ¿Cuáles son los canales de distribución y venta de la revista? Estar en las ferias de historieta es una labor social, donde uno puede hablar con los lectores, intercambiar información, relacionarse con el público, pero está diametralmente opuesto al proceso de creación de historietas y confección de los ejemplares, ¿ustedes cómo lo llevan, disfrutan de las ferias? ¿Les sirven como puntos de venta y difusión? ¿Las agota o les carga las pilas para continuar haciéndolo?

Flora: «La revista se vende por ahora en librerías especializadas de Buenos Aires y Córdoba y en ferias diversas. Consideramos sumamente importante la instancia de las ferias, porque no es lo mismo encontrar la revista en una librería, casi de casualidad, que puntualmente en nuestro puesto, en donde está la posibilidad de charlar, de conocer de cerca el proyecto, y nosotras también nos damos la posibilidad de hacer contacto con autoras, librerxs, lectorxs.

Personalmente, como editora y autora, disfruto muchísimo de esta instancia y me parece la parte más emocionante de hacer lo que hacemos: es la devolución, el feedback. Como dibujantes nos la pasamos encerradxs en nuestros mundos, y de pronto salir y ver realmente la reacción de lxs lectores frente a nuestro trabajo es como cosechar los frutos de todo lo que hacemos en solitario. Te hace sentir más confiada y creo que es una carga de energía súper grande porque volvés a tu casa motivada para seguir haciendo, con la sensación de que hay alguien real del otro lado a quien le interesa lo que tenés para ofrecer. Obviamente también cansa, pero siempre es una aventura, sobretodo ir a ferias en otras provincias. El balance siempre es positivo.»

Ya editaron 4 números de Las Fieras, cada uno bajo una temática específica. El primero, fieras; el segundo, carne; el tercero, futuro; y el cuarto, vegetal. ¿Cómo deciden la temática de las revistas? ¿Hay temáticas que cuestan más que otras a la hora de trabajar las historietas?

Lejana: «La decisión de que cada número tenga una temática, tiene que ver con la idea de convocar a lxs autorxs a dar su mirada sobre un mismo tema. Por eso tratamos, a la hora de seleccionar las temáticas, que sean palabras cuyo significado o uso pueda ser amplio, por ejemplo, fiera, puede referirse a la ferocidad pero también al adjetivo fea. Tratamos al elegir las temáticas que sean temas amplios, que puedan disparar por horizontes gráficos y narrativos diversos. Pero a la vez sucede, que cuando recibimos los trabajos se da una comunicación casi mágica en las historietas, se produce una especie de conversación entre las historias sumamente interesante. Nos pasó por ejemplo, en el caso de Futuro, nos imaginábamos que recibiríamos historietas de ciencia ficción, universos distópicos, pero las historias resultaron muy instrospectivas, muchas de ellas nostálgicas y expresaban la incertidumbre que provocaba la palabra, lo cual es un claro síntoma de nuestros tiempos, pero esas conversaciones que se producen nos parecen de las cosas más lindas que pasan con la revista, porque no están planeadas, sin embargo, de una forma u otra todxs estamos hablando de lo mismo. Muchas veces la decisión de la temática obedece justamente a eso, a ciertos tópicos que observamos entre el trabajo de autorxs que queremos editar. Otras veces la temática surge ante las posibilidades de la riso, por ejemplo, en el caso de Vegetal, queríamos sacar una revista cuyo color principal esté formado por la superposición de tintas y una opción era el verde, así que pensamos una temática para usar ese color, incluso el tema del próximo número también se decidió en función de la paleta de colores a usar. La temática nos parece una característica muy importante de la revista, porque es una propuesta simbólica, el ingreso a un universo evocado por una sola palabra, que contiene muchos otros universos personales. Expresa un poco nuestras intenciones de lograr pluralidad de voces pero no disimiles, sino en la comunión de observar juntas una misma cosa.»

¿Tienen pensado una cantidad de ediciones limitada, 6 o 12 números, por ejemplo, o Las Fieras es una experiencia abierta y van a continuar editando hasta donde puedan? Y relacionado a eso, ¿cómo ven el panorama actual de las historietas en argentina?

Flora: «Mientras se pueda, hay Fieras para rato. Siempre fantaseamos con la idea de un número integral, una antología, algo grande, cuando ya haya pasado el tiempo y hayamos hecho muchos números. Pero siempre nos traemos al presente, tratamos de no llenarnos de ansiedad y trabajar en el número que nos toca, que siempre es un lindo trabajo.

En lo personal, creo que es un lindo panorama el de la historieta argentina. Hay mucha variedad de autorxs y mucha gente muy apasionada trabajando constantemente, sacando a la luz muchas cosas nuevas. Noto que corre un lindo aire fresco.»

Para terminar, ¿qué les gustaría que los lectores se lleven con ellos después de leer Las Fieras?

Lejana: «Las Fieras es una revista hecha con muchísimo amor, en todos sus aspectos, desde la dedicación de las autorxs que colaboran en la revi, pasando por la instancia de impresión, hasta la recepción de lxs lectores que nos re mil bancan en todo y que nos han ayudado a sacar los últimos números a través de preventa, por ejemplo. Así que más allá de la propuesta feminista, más allá de la búsqueda estética, la revista se hace con mucho amor por los zines y por los cómics, y ese es el impulso original, así que creo que nuestra intención un poco es contagiar eso. Nuestrxs lectores son muy variadxs, y muchas veces la revista funciona como una puerta de entrada a ese mundo de los zines y de los cómics y eso nos parece hermoso. Nos da mucha gratificación que pibxs jóvenes las consuman y coleccionen porque en muchos casos lxs impulsa a dibujar o a escribir cómics, pero también sucede con gente más grande que la colecciona y empieza a interesarse por los fanzines, gente que quizás consumía historietas clásicas que se interesa por nuestra propuesta. Nos encantaría que la revista funcione también como una ventana hacia el trabajo de lxs artistas increíbles que participan, que lxs conozcan, que se interesen por sus trabajos, que lean y conozcan sus obras, que lxs contraten. Las Fieras no es sólo un objeto en sí mismo sino un trampolín y un semillero, o al menos ese es nuestro deseo, que sea un impulso, un ingreso a un universo hermoso que es el de los zines y los cómics.»

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