Reseña: ‘Kintari, el retorno del lobo’

En un prólogo el guionista Brian K. Vaughan comentaba sobre la necesidad, ante la enorme propuesta de lecturas hoy en día y el poco tiempo disponible, de que un comic lo enganche desde la mismísima primera viñeta. Si bien no soy tan exigente, me gusta destacar cuando una obra logra eso y ‘Kintari, el retorno del lobo’, con una jirafa en llamas en la primera página, cumple a la perfección. No un pobre animal muriendo de dolor, simplemente una jirafa pastando de lo más tranqui… prendida fuego.

Con la lectura comenzada vemos que hay tres cosas bizarrisimas pero que en este mundo pseudo medieval europeo-japonés-africano son el pan de cada día: las jirafas llameantes, varias lunas en el cielo y un total dominio de invasores demoniacos sobre la sufrida población humana. Todo es así desde que cierto hechicero invocó a los demonios pero por suerte reaparece el legendario He-Ma… perdón, Kintari… un héroe samurai dado por muerto, para poner la casa en orden.

Fuera de ese mezcla de juego de rol, toques de ciencia ficción, animales sarpados en exóticos, la cultura japonesa que fascina al dibujante, ogros y cualquier otro fetiche que los autores tiraran en la licuadora, la trama sigue los caminos de una típica aventura fantástica. Los malos son bien malos, los buenos bien sufridos, hay mucha machaca y la  información tirada por aquí y allá para entender cómo funciona todo. Esto último se agradece sobre todo en el desenlace, que además de tener una vuelta de tuerca, resulta que nada ni nadie es tan fácil de matar. Hay que usar dagas especiales, con venenos especiales, cantitos especiales… un verdadero CTRL+ALT+SUPR de la fantasía heroica. Y claro, sino cualquiera es héroe o villano.

El tal Kintari es un héroe incorruptible, heroico….  O eso lo supongo, ya que casi no tiene momentos de dialogo. Uno de los trucos que usa el guion de Roberto Barreiro (periodista, guionista de ‘Dr. Oscuro’ y ‘Los hermanos Segelin’ y por supuesto, alma mater de Zinerama) es narrar la historia desde el punto de vista de los antagonistas, en especial una pareja de demonios con un sospechoso parecido a Hordak y Skeletor. Y en el mencionado desenlace más sentido tiene que el “protagonista” sea la nada misma.

Si no me equivoco ‘Kintari, el retorno del lobo’ es el primer trabajo de Hernán González (‘Hellhound on my trail’, ‘Bela, el terror mudo’, entre varias otras) publicado a color completo (¿cómo olvidar los toques de rojo en ‘Wasabi. Ronin’?). El aporte en colores de Natalio Anastasia ayuda a distinguir mejor los detalles de ropas y elementos, un tema que a veces le juega en contra a González en blanco y negro, además de aportar un clima desolado y rustico en general. La narrativa y el trazo crudo y expresivo son cien por ciento méritos del dibujante/guionista/editor cordobés.

Barreiro y González están laburando en varios proyectos juntos. Si ‘Kintari, el retorno del lobo’ es el primer escalón en subida, podemos esperar varias obras copadas a futuro.

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