Mariela Viglietti x 2

Revisando las primeras entradas de este sitio, ya hubo una cobertura del trabajo de Nicolás “El Negro” Viglietti, con una entrevista y reseñas pero… ¿y de su hermana? Mariela presenta obras todos los años, siempre está en la búsqueda de la evolución estética, es uno de los dos pilares de la editorial Le Noise y lleva adelante la colección ‘Exhibiciones de atrocidades’, dedicada a obras unitarias y autoconclusivas (como ‘Disonante’, también reseñada). Que en Zinerama su único trabajo cubierto sea la mitad de ‘Ruido negro!’ es casi una injusticia, así que valga esta modesta nota como compensación.

‘María’, justo el primer volumen de ‘Exhibiciones…’, es la historia de un día en la vida de la chica homónima. Ella vive en la periferia de todo, en una casucha al costado de una ruta, con unos adultos (nunca se aclara si son los padres) que ni la fichan; es feliz levantándose temprano y explorando el mundo, su mundo. Y en este día en particular conoce a Bruno. Tampoco se nos dice mucho sobre este chico, excepto que viene de un entorno distinto y juega de visitante, un total caído del cielo en la realidad de María.

Y así transcurren las 34 páginas de historieta, con María y Bruno interactuando y la primera dándole un buen par de cachetadas (metafóricas y otras literales) al segundo sobre la vida, la pobreza, la identidad de género y otros temas, al punto que es sorprendente la cantidad de desarrollo y de diálogos punzantes, afiladísimos, que Viglietti mete en pocas páginas y viñetas en cada una, estrictamente ajustadas al tamaño de la edición (solo 13 x 16 cm.)

Viglietti tiene un abanico de estilos amplio, con una línea estilizada y detallada. En ‘María’ opta por el simple blanco y negro, sin grises, aumentando la sensación de crudeza en todos los lugares y cosas con las que interactúan los protagonistas. El punto de vista que elige en varias viñetas, esquivando los planos medios, crea una narrativa funcional, atrapante, que se agradece en una obra sostenida por una importante cantidad de diálogos (y que podrían tener la letra y los globos más chicos, todo hay que decirlo, sobre todo para apreciar más el arte)

En cuanto al otro trabajo elegido, tenemos a la Mariela más pictórica y jugando con el virtuosismo, con grises obtenidos de lápices y carbonilla. ‘Caré’ es el lugar ideal para esa belleza terrorífica, oscura, ya que no es un comic sino un cuento, con una ilustración a página completa acompañado los breves párrafos craneados por Nico Viglietti (pucha, ¡al final se colo en la reseña!)

Ojo, estamos hablando de un cuento adulto, uno que trata la inocencia de los niños y de los propios juguetes. Caré es un cocodrile –no aclara nunca su género- de madera, cuasi centenario, que disfruta jugar con le niñe de turno; inmóvil, estático y narrador, además de  tan feo y espeluznante como puede ser un juguete de un siglo atrás, Caré hará lo que sea por proteger a “su chico” de la perversión adulta. Jodido e impactante, me gusta que la difunta Dead Pop, en el 2015, apostará por algo fuera del formato historietil, pero que cubre la cuota de morbo habitual de la editorial.

Espero ponerme pronto al día con los otros trabajos de Viglietti, como ‘Perdón por ser tan genial’, ‘Eldritch’ y ‘En un parpadeo’.